El concepto de recuperación y las pausas entre tareas
Algunas personas están mejor preparadas para el cambio, tienen más recursos disponibles para adaptarse eficazmente, y logran "surfear las olas" de realidades desafiantes sin un alto costo personal en su salud física y emocional y en sus relaciones interpersonales. Incluso encuentran oportunidades en las crisis, no negando las dificultades, sino eligiendo la mejor manera de transitarlas.
Otras están menos preparadas y reaccionan de diferentes maneras, resistiendo, negando, multiplicando el esfuerzo cotidiano, aumentando la velocidad de respuesta hasta extremos agotadores... ¿Hay recursos y herramientas para quienes padecen los efectos negativos del cambio incesante? Definitivamente sí.
En primer lugar, es clave entender que cuando el cambio es vertiginoso, se extiende en el tiempo y en diferentes geografías, se convierte en fuente significativa de distrés (o estrés negativo) que no solo nos afecta personalmente sino también a la productividad y no menos importante, al sentimiento de satisfacción. En alemán hay un término: "Zufriedenheit", que se refiere específicamente a la satisfacción por el trabajo realizado. Esto es lo que queremos recuperar, especialmente en estos tiempos turbulentos e inciertos.
Ahora bien, ¿es posible alcanzar este grado de satisfacción cuando el ritmo del afuera no facilita el descanso que el cuerpo, la mente y el alma necesitan?
Sí. Y los líderes tenemos acá un rol fundamental, un deber para con nosotros mismos y para con nuestra gente. Que comienza con un concepto simple pero difícil de convertir en hábito: el equilibrio. Equilibrio entre trabajo y esparcimiento, entre la vida laboral y la personal.
Tal Ben Shahar, escritor y profesor estadounidense e israelí explica de modo muy simple el concepto de "recovery", de recuperación. Cuando vamos al gimnasio, dice, hacemos necesariamente una pausa entre ejercicios. No se nos ocurre entrenar diez horas seguidas porque el cuerpo no respondería. Descansamos, nos recuperamos y volvemos con energía renovada. Lo mismo sucede en el ritmo laboral. Si no ponemos una pausa entre los infinitos "to do's" que tenemos (y probablemente seguiremos teniendo), el cansancio no nos deja pensar estratégicamente, nos equivocamos, nos estresamos y en su grado máximo, llegamos al burnout.
Hay muchas herramientas y recursos para transitar estos tiempos complejos. Personalmente y por experiencia, creo que tenemos que empezar con uno. "Baby steps" dicen los sabios.
Dediquemos tiempo a hobbies, a la vida social, a lo que nos gusta, hagamos pausas entre reuniones y tareas, entendiendo que no solo nos sentiremos mejor sino que seremos más productivos para nuestros equipos y para la organización a la que pertenecemos.
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